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16 marzo, 2009

1) Devoción a la Preciosa Sangre




DEVOCIÓN A LA PRECIOSA SANGRE


En Julio de 1995, exactamente a las 3 de la tarde, hora de la Divina Misericordia, Nuestro Señor llamó por primera vez a Bernabé Nwoye, un joven de 17 años, de Olo, Estado de Enugu, Nigeria. Nuestro Señor pidió a Bernabé que adorara Su Preciosa Sangre, y lo consolara de todos los ultrajes cometidos contra Ella.

Dos años después, el Señor le enseñó el Rosario a la Sangre Preciosa (en una visión), y todas las plegarias que lo componen. Los mensajes, oraciones e himnos, lo mismo que las instrucciones, dados directamente por Nuestro Señor, Su Madre María, Ángeles y Santos, entre 1997 y 2001, constituyen la Devoción a la Preciosa Sangre.

A continuación, algunos de ellos:

1. EL ROSARIO
Este le fue enseñado a Bernabé después de haber presenciado toda la Pasión de Nuestro Señor, desde Getsemaní hasta la Resurrección. Jesús se le apareció, y le entregó un rosario para honrar la Preciosa Sangre. Este rosario estaba confeccionado como los demás rosarios, excepto que en vez de diez cuentas, tenía doce cuentas rojas, y las cuentas que las separaban eran blancas. El Rosario, para ser rezado inmediatamente después del Santo Rosario a la Virgen, consiste en cinco misterios relacionados con las cinco Llagas de Cristo,

2. CONSOLACIÓN
El segundo componente de la Devoción le fue entregado el 23 de Junio de 1997; estas oraciones son específicamente dirigidas al Padre Eterno y a Su Hijo Unigénito. Esta segunda parte de la devoción busca aplacar al Padre y al Hijo por las ingratitudes del mundo, las blasfemias y negligencias a la Preciosa Sangre, que tienen lugar en la Iglesia, en nuestras vidas, y en la sociedad en general.

3. ADORACIÓN
En la tercera parte de esta Devoción, encontramos siete oraciones que adoran, glorifican y hacen peticiones a la Sangre Preciosa. Nuestro Señor reveló estas oraciones el 23 de Junio de 1997, junto con las oraciones de Consolación.

Las peticiones son por la Iglesia Católica, su jerarquía, el clero y todos los fieles. Se pide también por los pecadores empedernidos, las Almas del Purgatorio, y por los bebés abortados, para que reciban los beneficios de la Sangre Preciosa.

4. REPARACIÓN
La cuarta parte de esta Devoción, fue revelada durante una visión de Jesús crucificado, el 10 de Diciembre de 1998. En siete angustiosos llamados, Jesús describe los pecados de la Iglesia y en el mundo en general, que lo mantienen místicamente crucificado. Estos pecados incluyen agravios y ofensas durante la Santa Misa, negligencia de los Sacramentos, modas inmodestas, avaricia, codicia, lujuria, etc., los cuales son causa de que millones caigan al infierno. Esta parte de la devoción consuela a la Santísima Trinidad, por las ofensas que le inflige la humanidad.

5. INTERCESIÓN
En la quinta parte de la Devoción, están las oraciones especiales de intercesión, llamadas "Oraciones Místicas". Estas son unas muy eficaces oraciones, enseñadas por Nuestro Señor durante el mes de Julio de 1998. Nuestro Señor reveló a Bernabé que estas oraciones son las mismas que pronunció El por la humanidad durante Su Pasión, y antes de exhalar Su último aliento. Son plegarias intercesoras "clave" para derrotar a todos los enemigos de la Santa Cruz (el Anticristo y sus fuerzas), para sostener nuestra fe, y liberarnos de maldiciones ancestrales.

6. EL SELLO

A esta Devoción, el Cielo ha vinculado un preciado y poderoso regalo para los devotos a la Sangre Preciosa. El Gran Sello de Dios (el tabernáculo viviente en nuestros corazones) es una marca espiritual concedida a los devotos de la Sangre Preciosa contra el sello del enemigo, el 666. Este Sello de Dios, concede a los devotos fortaleza espiritual para resistir todas las tentaciones de satanás, y soportar los sufrimientos que vengan a través del Anticristo. Este Sello se consigue permaneciendo en estado de Gracia Santificante, especialmente en los periodos especificados por Nuestro Señor, cuando los Ángeles recorran la tierra para otorgarlo.

7. LA HORA DE GETSEMANÍ
Finalmente, Nuestro Señor hace un llamado a todos Sus escogidos, para que permanezcan con El, cada jueves, de 11 p.m. a 3 a.m. del viernes (o por lo menos una hora dentro de este período). En este tiempo, se pueden llevar a cabo los cuatro componentes de la devoción, junto con la Santa Misa y la bendición (si fuera posible). En esta Hora de Getsemaní, los devotos compartirán la agonía experimentada por Jesús en el Huerto de Getsemani (Huerto de los Olivos). La intención es obtener gracias para soportar el Gran Castigo, y mantenerse firmes en la fe.


LLAMADO A LA SANTIDAD


La Devoción a la Preciosa Sangre, es un llamado diario a la santidad. Los devotos deben rezar diariamente, por lo menos, el Rosario a la Preciosa Sangre (después del de la Sma. Virgen), las letanías y la Consagración.

Está Devoción es un arma esencial contra satanás y sus espíritus malignos. Más que todo, la Devoción es una manera de vivir. El Señor la describe como "el camino de la aridez y del desierto", lleno de cruces. Nos recuerda que solamente a través de la cruz, puede un alma alcanzar la tierra de felicidad (el Cielo). Cualquier otro camino nos llevará al Infierno.

Es un llamado santo a los Católicos y a todos los Cristianos, que viven hoy en un mundo corrupto, lleno de engaños de satanás, a que regresen a la Verdadera Fe. A través de esta Devoción. Nuestro Señor ha anunciado el nacimiento del Triunfo del Inmaculado Corazón de María, y Su Glorioso Reino sobre la tierra. La humanidad debería, por lo tanto, señalar el día 14 de Septiembre como la fiesta del Triunfo de los dos Corazones de Amor.

Así lo ha pedido el Señor. Lo que queda por suceder en los días venideros, es la confrontación final entre el bien y el mal, que dará paso a esta Nueva Era.

Cada oración, cada himno de esta Devoción, ha venido directamente del Cielo.

Oracion de Ofrecimiento de Vida

(Cap. IX, Libro "La Victoriosa Reina del Mundo")
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Mi amable Jesús, delante de las Personas de la Santísima Trinidad, delante de Nuestra Madre del Cielo y toda la Corte celestial, ofrezco, según las intenciones de tu Corazón Eucarístico y las del Inmaculado Corazón de María Santísima, toda mi vida, todas mis santas Misas, Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los méritos de tu Santísima Sangre y tu muerte de cruz: para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad, para ofrecerle reparación por nuestras ofensas, por la unión de nuestra santa Madre Iglesia, por nuestros sacerdotes, por las buenas vocaciones sacerdotales y por todas las almas hasta el fin del mundo.

Recibe, Jesús mío, mi ofrecimiento de vida y concédeme gracia para perseverar en él fielmente hasta el fin de mi vida. Amén.